Las líneas que hoy escribo sobre la Historia menuda y particular del pueblo de Turmero terruño que trajino desde hace ya más de 25 años; no son hechos aislados ni anecdóticos, se corresponden con el contexto de convulsión social que se manifiesta en el Territorio Nacional en las décadas subsiguientes a la Batalla de Carabobo.
El panorama de Venezuela post Guerra de Independencia es desolador en todos los órdenes; la Batalla de Carabobo en 1821 no trajo la tranquilidad política al territorio venezolano, nuevas convulsiones y estallidos sociales sacudieron al país entre 1821 y 1830. Con una grave crisis fiscal, una agricultura decadente, un país desintegrado, sin vías de comunicación y con innumerables problemas sociales, se inicia la República Oligárquica en 1830.
Defraudados en sus aspiraciones de igualación social y presente las contradicciones económico-sociales que los habían impulsados a participar en la Guerra de Independencia, en el contexto de la agitación política en los años posteriores a la Batalla de Carabobo y en los siguientes de la república, mujeres y hombres desposeídos (campesinos, campesinas esclavizados siguieron revelándose contra sus amos propietarios;[1] fugas rebeliones y alzamientos en el marco de una insurgencia generalizada por la libertad por la tierra y contra el orden establecido por la Oligarquía Conservadora.
En Turmero en los montes de Guayabita y Paya se detectó para 1832, una rebelión de 25 personas hombres y mujeres armados entre los que se señalan: esclavas, esclavos y campesinos con el objetivo de asaltar los pueblos de Turmero y Maracay.
A propósito de lo planteado en él párrafo anterior transcribimos el documento que describe estos acontecimientos
SOBRE UNA PARTIDA DE SALTEDORES EN LOS MONTES DEL CANTON TURMERO
A.G.N. SEC. INTERIOR Y JUSTICIAS TOMO L EXPE. . 34 Folio 267. 1832
(Al margen oficio)
“Estado de Venezuela Alcaldía primera municipal interina Turmero enero veinte y nueve de mil ochocientos primera municipal interina Turmero enero veinte y nueve de mil ochocientos treinta y dos.
Señor secretario de la Corte de Justicia. El Juzgado primero de Paz de esta ciudad ha pasado a este tribunal (ilegible) información que intruyo para averiguar la existencia de una partida de salteadores en los montes de esta jurisdicción la cual ha robado e incendiado algunas casas remitiendo también dicho juzgado a treinta días. Uno de los salteadores que he capturado y herido en virtud de la obstinada resistencia que hizo y el cual declara que la partida se compone de veinte y cinco hombres armados a fusiles lanzas y machetes y que entre ellos los individuos Candelario Salcedo, Lorenzo Torres, José Guachacha Aniceta esclavos de Cata. Felipa Jimenz Ygnacio Eusebio Coronado y María del Rosario unicos que conocía teniendo todos los intentos de asaltar esta población soltar los presos de la cárcel robar y matar algunos cuyo plan iban a ejecutar la noche del veinte y lo suspendieron con el fin de ir primero a Maracay.
Lo que pongo en conocimiento de Ud. Para que la eleve al S.E. la corte de justicia a quien servirá manifestar que el procedimiento para descubrir y aprender los demás cómplices que también se han tomado las demás medidas de seguridad… … de obrar la justicia y el gobierno poniendo en acción los recursos de la fuerza armada y la policía para perseguir y exterminar esta facción incipiente y aquella en el pronto castigo de los criminales que han osado atentar la seguridad publica sea juzgado como verdaderos criminales con arreglo a la ley del 15 de junio del año próximo pasado.”
Folio 272
“…habiéndose dado referida parte que en los montes de Paya y Guayabita se encuentra una partida de salteadores que había robado algunas casas e incendiado las pertenencias… exige una piqueta de veinte y cinco hombres para perseguirlos”.
Este singular documento que pongo a la disposición de todos lo conseguí por la referencia que de fuentes documentales consultadas hace el Historiador Venezolano Federico Brito Figueroa en su obra.
“Tiempo de Ezequiel Zamora”
[1] BRITO FIGUEROA; Tiempo de Ezequiel Zamora, Quinta edición. Caracas Universidad Central de Venezuela. 1981. Pags109-110
Autora:Nelly Guilarte Ugas