Vasijas Funerarias

Vasijas Funerarias
Vasijas funeraraias de los indigenas del lago de Tacarigua o Valencia

domingo, 12 de diciembre de 2010

PAYA UNA HACIENDA-TRAPICHE EN EL PERIODO COLONIAL


Patio de la hacienda Paya 1950 (Suministrada por Juan Ganteaume)

En este artículo presentamos a nuestros lectores, algunos testimonios extraídos de  viejos documentos encontrados en archivos públicos; hoy los traemos al presente  para ilustrar las características de una de las  haciendas coloniales más importantes que se fundaron en la jurisdicción de Turmero durante la colonia.

Las tierras del Valle de Paya, fueron ocupadas en los primeros años del siglo XVII por Phelipe Martínez de Villegas, nieto del encomendero Lorenzo Martínez  quien en ellas plantó una hacienda de cacao y otros árboles; a éste se las compra Juan de Guevara en 1649 y funda la hacienda de caña con su respectivo  trapiche, de estos  la adquieren  Luis de Bolívar y Doña María de Villegas por venta hecha en 1659 .[1]
            Luis de Bolívar  y su esposa Doña María Villegas eran encomendero de indios en el pueblo de San Mateo fueron los dueños del valle de Paya  y de la hacienda-trapiche ubicada en él hasta el 18 de enero de 1666 cuando la vendieron  a Don Martin de Tovar.
En las tierras ocupadas por los encomenderos y sus descendientes legalizadas con mercedes, composiciones, confirmaciones[2] compraventa  y herencias se fundaron en los ya mencionados Valles de Aragua y Turmero haciendas-trapiches que fueron las unidades de explotación económico-social más importantes del período colonial[3].
En las primeras décadas del siglo XVIII existían en el Valle de Turmero varias haciendas de Caña con sus respectivos trapiches entre las que podemos señalar  Güere, Villegas, Paraima, Aguirre, Purica y Paya, además de algunos trapichillos de moler caña. “al poniente del dcho. pueblo de Turmero que divide los del valle de Tocopio y abajo biene a quedar dicha punta norte sus con la boca del rio Turmero dentro de los linderos del trapiche de Guere el de Don Francisco Blanco y en los rincones contiguos al pueblo el de Don Francisco Feliphe  de Tovar cosa de quatro cuadras del pueblo y a la misma distancia  otro trapichillo de Don Diego de Pulido  y en el rincon del rio que llaman Turmero otro trapichillo que posee Don Matheo de La Torre..."[4]
Si bien es cierto, la producción de los trapiches  en la Venezuela colonial no estaba destinada a satisfacer las necesidades del mercado externo, como  lo hacían  los ingenios del área del Caribe; el beneficio  de la caña se incrementa a finales a finales del siglo XVII una vez consolidado el proceso de establecimiento formal de pueblos, ciudades y el  orden colonial establecido por el imperio español en estas tierras.
 En las últimas décadas del siglo XVII y las primeras del XVIII la hacienda-trapiche Paya  debió experimentar un importante crecimiento que se evidencia por una parte en la presencia de un número significativo de mano de obra esclavizada  que para 1719 era de 95[5],  y por la otra se  define la ordenación de los espacios en función de las actividades productivas con sus respectivos medios de producción.
Respecto a la organización, distribución y características de lo existente en la hacienda encontramos: la casa de la hacienda es la más confortable, alrededor de ella el trapiche  y al molienda, la casa de ermita, la casa de herrería las caballerizas, los bohíos de los esclavos, el corral de los animales, los tablones de caña y las tierras dedicadas al conuco.  “La hacienda constituye un sistema indivisible de edificaciones y paisaje de cuya interacción deriva un sentido específico del lugar. En relación con las edificaciones, se pueden distinguir dos tipos generales: las relacionadas con la actividad residencial y las relacionadas con las actividades productivas, administración y aprovisionamiento”[6]
            La casa principal de la hacienda, espaciosa de 28 varas de largo por 08 de ancho circundada por amplios corredores donde lucían once pilares trenzados con sus zapatas; siete tirantes de madera labrada  con cuatro estribos que sostenían el techo de teja y bahareque[7]
            Construida en posición que permitía al aire fresco  de la serranía de Brazen o Abrazen  entrar por  dos amplias ventanas con rejas de madera; cinco catres forrados de cuero, seis taburetes, nueve sillas de vaquetas con asiento y espaldar tres mesas y un escritorio de gavetas  conformaban el mobiliario de la casa de hacienda.[8]
                 Un espejo con marco dorado al relieve de un tercio de largo por un cuarto de ancho  y nueve pinturas en papel con marco de madera ya viejos acompañaban los cuadros con motivos religiosos “36 ytm un cuadro de la imagen de Cristho crusificado de cinco quarta de alto y una vara de ancho en su bastidor…37 ytm otro quadro de la virgen del Rosario del mismo tamaño…38 ytm un quadro de una vara de alto y dos tercio de ancho  ya viejo con el desendimiento de la Cruz con su marco de relieve dorado ya viejo” que adornaban las paredes de adobe y losetas de las que estaban construidas la sala principal.[9]
Del estudio que hemos realizado en el inventario de los bienes dejado por Francisco de Tovar y Leonor Galindo en el Valle de Paya para 1719, en la hacienda de caña nombrada Paya habían plantados 25 tablones de caña en una superficie de 316.269 varas cuadradas valorados en 4.308ps, que representaban el 29,23% del total de los bienes inventariados en la hacienda[10]
Durante todo el siglo XVIII, la hacienda y trapiche de Paya fue una importante unidad de explotación económico social, el número de esclavos que registran las matriculas parroquiales en la segunda mitad del siglo  lo evidencian; para 1768 se reportan 98esclavos,  1773  encontramos registrados  95 esclavos  y  97 esclavos en la de  1794[11] y 95 esclavos en 1816[12] cuando es inventariada a propósito del secuestro impuesto por los realistas ya que sus propietarios abrazaron la causa Patriota durante la guerra de Emancipación Nacional






[1] Archivo del Registro Principal de Caracas Sec. Tierras  Año 1659 - B-1 Folio 1 “...varias diligencias evacuadas y un testimonio de una escritura  de venta en favor de Luis de Bolívar  en el Valle de Paya, otorgadas por Don Juan de Guevara por ante Excmo. Juan Rangel de Mendoza
2BRITO FIGUEROA, Federico. El Problema Tierra y Esclavos en la historia de Venezuela UCV Ediciones de la Biblioteca 1985 pag. 68.
3 TAVERA MARCANO, Carlos Julio .Historia de la Propiedad Territorial en el Valle de Aragua 1590-1830. Maracay. Biblioteca de Temas y Autores Aragüeños. Gobernación del Estado Aragua- Academia Nacional de la Historia 1995 pág. 241.

[4] Archivo del Registro Principal de Caracas  Sec. Tierras M-1 1766. "Testimonios de Autos y recaudos a favor de los indios de Turmero en que se componen los títulos de sus tierras Folio 6
[5] Archivo del Registro Principal de Caracas Sec. Testamentarías  Año 1722      "Partición de los bienes que quedaron de Don Francisco de Tovar  y Doña Leonor Galindo"
[6] GONZALES  CASAS; Lorenzo. Las Haciendas en Venezuela Territorio y memoria Histórica  en: dialdianet.uniroja.es p.207
[7] Archivo del Registro Principal de Caracas Sec. Testamentarias año 1722. Doc. cit.

[8] IDEM
[9] IDEM
[10] IDEM
[11] Archivo Arzobispal de Caracas Sec. Matriculas Parroquiales
[12] Archivo General de la Nación sec. Archivo de Aragua folio 173 año 1816

Escrito por: Nelly Guilarte Ugas