Vasijas Funerarias

Vasijas Funerarias
Vasijas funeraraias de los indigenas del lago de Tacarigua o Valencia

miércoles, 25 de diciembre de 2013

TURMERO DESCRITO POR ALEJANDRO DE HUMBOLDT


La figura del científico y humanista  Alejandro de Humboldt es ampliamente conocida, sin embargo, presentaremos algunas referencias Biográfica; Nació en Tegel, lugar cercano a la ciudad de Berlín  Alemania el 14 de septiembre de 1769; hijo Alexander Georg von Humboldt hombre vinculado a la realeza Prusiana; y la baronesa Maríe Elizabeth Von Humboldt de origen  francés, viuda del barón  Hollwege,  Tanto el cómo su hermano Wilhelm recibieron una esplendida educación,  destacados intelectuales  les iniciaron en el conocimiento de las ciencias tanto naturales como sociales.


El 5 de junio de 1799 en  compañía  de Aimé Bonpland,[1]  se embarcó en el puerto de La Coruña (España) para emprender su viaje que lo llevaría hasta América, se dirigía a Cuba, pero  el brote de una epidemia lo hace desviar su rumbo y el 16 de de julio de 1799 desembarca en Cumaná, ciudad que dejan el  18 de noviembre de 1799 para dirigirse a Caracas, en esta permanece hasta febrero de 1800 cuando emprende el viaje que lo conducirá a los valles de Aragua y en su camino a la ciudad de Valencia pasaría  por Turmero.


El 8 de febrero de 1800  abandonan Caracas  por el camino real que comunica con la Victoria y los valles de Aragua, describe Humboldt que el “transito de estas montañas es frecuentísimo”  vieja data el trajinar por esta  ruta desde tiempos inmemoriales  fue camino de indios antes de la conquista,   el mismo que  tomaron  laa huestes españolas para  llegar al valle de los Caracas; por este las recuas de mulas y caballos en un ir y venir  con productos para la comercialización  entre el llano, los valles de Aragua y Caracas durante más de 200 años de coloniaje.


Llegan a la hacienda de caña  de José de Monterola ubicada a las orillas del río Tuy allí pernota por dos días  y el 11 muy temprano continúan  su marcha, pasan por el pueblo del Consejo luego  a la Victoria; ese mismo día  ya en la puesta del sol el prestigioso viajero y su acompañante  descubren  los “risueños valles de Aragua , vasto terreno cubierto de huertos , campos de cultivos , boscajes  de árboles  silvestres granjas y caseríos”[2]


 Entre el 11 y el 14  de febrero recorren los valles de Aragua, hacen anotaciones mediciones geográficas, geomorfológicas y algunas apreciaciones socioeconómicas del entorno y la población que la habita;  cabe destacar el interés que mostraron por la gran cantidad de casas dispersas  en este  valle habitadas por manumisos. Y también es de hacer notar fascinación que sus pueblos causaron a la vista de tan ilustres visitantes al expresar;  “San Mateo, Turmero y Maracay, son pueblos encantadores en los que todos manifiesta la mayor comodidad [3]


Si bien es cierto las líneas que dedica al pueblo de Turmero no alcanza a dos cuartillas no dejan de ser de gran significación; son un valioso testimonio para el conocimiento histórico de este pueblo y las características generales de su población, economía, arquitectura así  como también en lo físico-geográfico; y que a continuación expondremos.


Referente a las actividades económicas señala “A cuatro leguas de distancia de San Mateo se halla el pueblo de Turmero. Se atraviesan de seguida plantaciones de caña, añil algodón y café”[4] más adelante reseña dos de las cinco haciendas trapiches más  importantes de este pueblo  Al sur de Turmero se introduce en la llanura una masa de montañas calcáreas y divide dos hermosas plantaciones de caña  de azúcar la de Guayabita y la de Paya. La última pertenece a la familia del conde de Tovar quien en todas partes de la provincia  tiene propiedades. Cerca de Guayabita se ha descubierto una mina de hierro oscura.”[5] La bonanza que experimentaban  los  pueblos del Valle de Aragua fue percibida por este viajero “El aspecto de bienestar general es más todavía ostensible en Maracay que en Turmero[6] el testimonio nos deja claro que también en Turmero se gozaba de prosperidad pero no tanto como en Maracay.


Los  caminos están íntimamente relacionado con  las necesidades de movilización, comunicación,  e intercambio; el auge económico experimentado por estos pueblos en las últimas décadas del siglo XVIII debió  darle empuje a todas aquellas rutas  y senderos muchas de ellas prehispánicas  que surcaban estos valles y que los viajantes no pasaron desapercibidas  y testimonió Humboldt así: Turmero, Maracay, Cura, Guacara, cada lugar del valle de Aragua, tiene su camino  por las montañas que va a dar a algunos de los puertecillos de la costa.[7]


En relación al aspecto Socio poblacional  reseña “Desde que los misioneros  cedieron el puesto a los curas, los blancos han entremezclado sus habitaciones con la de los indios. Estos últimos desaparecen poco a poco en clase de raza distinta, es decir están representados en el cuadro general de la población  por los mestizos y los zambos, cuyo número aumenta a diario. No obstante, he hallado todavía 4.000 indios tributarios en los valles de Aragua[8]. Para 1800 el otrora pueblo de indios de Nuestra señora de la Candelaria era un pueblo de mestizos mas sin embargo estos representaban más del 14% de la población Los de Turmero y Guacara son los más numerosos”[9].


Las apreciaciones respecto a la  población indígena lo llevan a emitir algunas valoraciones de carácter antropológico “Son pequeños pero menos rechonchos que los Chaimas: en sus ojos se pinta mayor vivacidad e inteligencia, lo cual consiste quizás menos en la diversidad de la raza que en una civilización mas avanzada. Trabajan como la gente libre por jornal: el poco tiempo en que se dedican al trabajo  son activos y laboriosos; pero lo que ganan en dos meses lo gastan en una semana comprando licores espirituosos en pequeñas hosterías cuyo número desgraciadamente crece  de día en día”[10]


Por otra parte el insigne visitante  reseña un hecho muy curioso. Se trata  de los ejercicios de maniobras  militar ejecutadas por orden del Capitán General “En Turmero vimos el resto de una reunión de las milicias del país; su solo aspecto decía que desde hace siglos han gozado estos valles  de una paz no interrumpida. Creyendo dar el Capitán General nueva impulsión al servicio militar, había ordenado  grandes ejercicio y en un simulacro de combate el batallón de Turmero había hecho fuego  sobre el de la Victoria. Nuestro huésped que era teniente de milicias, no se cansaba de pintarnos el peligro de aquella maniobra”[11] 


En lo que respecta al ordenamiento urbano y su conjunto  arquitectónico nos dejó una  descripción breve, la cual  confirma, que la organización  de  pueblos monocéntricos, formó parte de  la implementación de una política colonial para el establecimiento  de los pueblos de indios; donde la Iglesia es el elemento  del conjunto que se impone La regularidad que se observa en la construcción de los pueblos  recuerda que todos deben su origen a los frailes y a las misiones. Las calles están bien alineadas y paralelas: se cruzan en ángulos rectos; y la plaza mayor, que forma  un cuadro en el centro, comprende la iglesia. La de Turmero es un edificio suntuoso, pero sobrecargado  de ornamentaciones de ornamentaciones de arquitectura” [12]



Iglesia del Pueblo de Turmero

Para finalizar, solo me resta por referenciar la descripción que hace del Samán de Guere del cual citaré, solo  parte de ella por considerar que es digno de presentarla en un próximo escrito para apreciarla  mejor Al salir de Turmero, a una legua de distancia se descubre un objeto que se presenta en el horizonte como un terromontero  redondeado, como un túmulos  cubierto de vegetación. No es una colina  ni un grupo de arboles  muy juntos , sino un solo árbol, el famoso Samán de Guere, conocido   en toda la provincia por la enorme extensión  de sus ramas, que forman una copa  de 576 pies de circunferencia.”[13]

              




[1] Aimé Jacques Alexandre Goujaud es el nombre completo del naturalista y botánico compañero de Humboldt en sus viajes expedicionarios y científicos; nació en  Francia el 28 de agosto de 1773, hijo de Simon-Jacques Goujaud-Bonpland, un distinguido médico- cirujano  y Marguerite-Olive de la Coste.   Se le conoce por Aimé Bonpland, un seudónimo que se convirtió en patronímico. Desde 1817 se estableció en Argentina donde fallece en 1858 el 10 de mayo de 1858.  
[2] Alejandro de Humboldt, Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente, (Traducción de Lisandro Alvarado)., Tomo III, Biblioteca Venezolana de Cultura, Caracas, Ediciones del Ministerio de Educación, 1956, p.64
[3] Ibídem p.65
[4] Ibídem p.67
[5] Ibídem p.68
[6] Ibídem p.70
[7] Ibídem p.69
[8] Ibídem p.67
[9] Ibídem p.68
[10] Idem p.68
[11] Idem p.68
[12] Ibídem p.67
[13] Ibídem p.69
Autora: Nelly Guilarte Ugas