La figura del científico y
humanista Alejandro de Humboldt es
ampliamente conocida, sin embargo, presentaremos algunas referencias Biográfica;
Nació en Tegel, lugar cercano a la ciudad de Berlín Alemania el 14 de septiembre de 1769; hijo Alexander
Georg von Humboldt hombre vinculado a la realeza Prusiana; y la baronesa Maríe Elizabeth Von Humboldt de
origen francés, viuda del barón Hollwege, Tanto el cómo su hermano Wilhelm recibieron una
esplendida educación, destacados
intelectuales les iniciaron en el conocimiento
de las ciencias tanto naturales como sociales.
El
5 de junio de 1799 en compañía de Aimé
Bonpland,[1] se embarcó en el puerto de La Coruña (España) para
emprender su viaje que lo llevaría hasta América, se dirigía a Cuba, pero el brote de una epidemia lo hace desviar su
rumbo y el 16 de de julio de 1799 desembarca
en Cumaná, ciudad que dejan el 18 de
noviembre de 1799 para dirigirse a Caracas, en esta permanece hasta febrero de
1800 cuando emprende el viaje que lo conducirá a los valles de Aragua y en su camino
a la ciudad de Valencia pasaría por
Turmero.
El 8 de febrero de 1800 abandonan
Caracas por el camino real que comunica con
la Victoria y los valles de Aragua, describe Humboldt que el “transito de estas
montañas es frecuentísimo” vieja data el
trajinar por esta ruta desde tiempos
inmemoriales fue camino de indios antes
de la conquista, el mismo que tomaron laa huestes españolas para llegar al valle de los Caracas; por este las
recuas de mulas y caballos en un ir y venir con productos para la comercialización entre el llano, los valles de Aragua y
Caracas durante más de 200 años de coloniaje.
Llegan a la hacienda de caña de
José de Monterola ubicada a las orillas del río Tuy allí pernota por dos
días y el 11 muy temprano continúan su marcha, pasan por el pueblo del Consejo
luego a la Victoria; ese mismo día ya en la puesta del sol el prestigioso viajero
y su acompañante descubren los “risueños valles de Aragua , vasto terreno
cubierto de huertos , campos de cultivos , boscajes de árboles
silvestres granjas y caseríos”[2]
Entre el
11 y el 14 de febrero recorren los
valles de Aragua, hacen anotaciones mediciones geográficas, geomorfológicas y
algunas apreciaciones socioeconómicas del entorno y la población que la habita; cabe destacar
el interés que mostraron por la gran cantidad de casas dispersas en este valle habitadas por manumisos. Y también es de
hacer notar fascinación que sus pueblos causaron a la vista de tan ilustres
visitantes al expresar; “San Mateo, Turmero y Maracay, son pueblos
encantadores en los que todos manifiesta la mayor comodidad” [3]
Si bien es cierto las líneas que dedica al pueblo de Turmero no alcanza
a dos cuartillas no dejan de ser de gran significación; son un valioso
testimonio para el conocimiento histórico de este pueblo y
las características generales de su población, economía, arquitectura así como también en lo físico-geográfico; y que a
continuación expondremos.
Referente a las actividades económicas señala “A cuatro leguas de distancia de
San Mateo se halla el pueblo de Turmero. Se atraviesan de seguida plantaciones
de caña, añil algodón y café”[4]
más
adelante reseña dos de las cinco haciendas trapiches más importantes de este pueblo “Al sur
de Turmero se introduce en la llanura una masa de montañas calcáreas y divide
dos hermosas plantaciones de caña de
azúcar la de Guayabita y la de Paya. La última pertenece a la familia del conde
de Tovar quien en todas partes de la provincia
tiene propiedades. Cerca de Guayabita se ha descubierto una mina de
hierro oscura.”[5] La bonanza que experimentaban
los pueblos del Valle de Aragua
fue percibida por este viajero “El aspecto de bienestar
general es más todavía ostensible en Maracay que en Turmero”[6] el testimonio nos deja
claro que también en Turmero se gozaba de prosperidad pero no tanto como en Maracay.
Los caminos están íntimamente
relacionado con las necesidades de
movilización, comunicación, e
intercambio; el auge económico experimentado por estos pueblos en las últimas
décadas del siglo XVIII debió darle
empuje a todas aquellas rutas y senderos
muchas de ellas prehispánicas que
surcaban estos valles y que los viajantes no pasaron desapercibidas y testimonió Humboldt así: “Turmero, Maracay, Cura, Guacara, cada lugar del valle de Aragua, tiene
su camino por las montañas que va a dar
a algunos de los puertecillos de la costa.”[7]
En relación al aspecto Socio poblacional reseña “Desde que los misioneros
cedieron el puesto a los curas, los blancos han entremezclado sus
habitaciones con la de los indios. Estos últimos desaparecen poco a poco en
clase de raza distinta, es decir están representados en el cuadro general de la
población por los mestizos y los zambos,
cuyo número aumenta a diario. No obstante, he hallado todavía 4.000 indios
tributarios en los valles de Aragua”[8]. Para 1800
el otrora pueblo de indios de Nuestra señora de la Candelaria era un pueblo de
mestizos mas sin embargo estos representaban más del 14% de la población “Los de Turmero y Guacara son los más numerosos”[9].
Las
apreciaciones respecto a la población
indígena lo llevan a emitir algunas valoraciones de carácter antropológico “Son pequeños pero menos rechonchos que los
Chaimas: en sus ojos se pinta mayor vivacidad e inteligencia, lo cual consiste
quizás menos en la diversidad de la raza que en una civilización mas avanzada. Trabajan
como la gente libre por jornal: el poco tiempo en que se dedican al
trabajo son activos y laboriosos; pero
lo que ganan en dos meses lo gastan en una semana comprando licores
espirituosos en pequeñas hosterías cuyo número desgraciadamente crece de día en día”[10]
Por otra parte el insigne visitante
reseña un hecho muy curioso. Se trata
de los ejercicios de maniobras militar
ejecutadas por orden del Capitán General “En
Turmero vimos el resto de una reunión de las milicias del país; su solo aspecto
decía que desde hace siglos han gozado estos valles de una paz no interrumpida. Creyendo dar el
Capitán General nueva impulsión al servicio militar, había ordenado grandes ejercicio y en un simulacro de
combate el batallón de Turmero había hecho fuego sobre el de la Victoria. Nuestro huésped que era teniente
de milicias, no se cansaba de pintarnos el peligro de aquella maniobra”[11]
En lo
que respecta al ordenamiento urbano y su conjunto arquitectónico nos dejó una descripción breve, la cual confirma, que la organización de pueblos monocéntricos, formó parte de la implementación de una política colonial para el
establecimiento de los pueblos de indios;
donde la Iglesia es el elemento del
conjunto que se impone “ La regularidad que se observa en la construcción de los pueblos recuerda que todos deben su origen a los
frailes y a las misiones. Las calles están bien alineadas y paralelas: se
cruzan en ángulos rectos; y la plaza mayor, que forma un cuadro en el centro, comprende la iglesia.
La de Turmero es un edificio suntuoso, pero sobrecargado de ornamentaciones de ornamentaciones de
arquitectura” [12]
Para finalizar, solo me resta por referenciar la descripción que hace del Samán de Guere del cual citaré, solo parte de ella por considerar que es digno de presentarla en un próximo escrito para apreciarla mejor “Al salir de Turmero, a una legua de distancia se descubre un objeto que se presenta en el horizonte como un terromontero redondeado, como un túmulos cubierto de vegetación. No es una colina ni un grupo de arboles muy juntos , sino un solo árbol, el famoso Samán de Guere, conocido en toda la provincia por la enorme extensión de sus ramas, que forman una copa de 576 pies de circunferencia.”[13]
Iglesia del Pueblo de Turmero |
Para finalizar, solo me resta por referenciar la descripción que hace del Samán de Guere del cual citaré, solo parte de ella por considerar que es digno de presentarla en un próximo escrito para apreciarla mejor “Al salir de Turmero, a una legua de distancia se descubre un objeto que se presenta en el horizonte como un terromontero redondeado, como un túmulos cubierto de vegetación. No es una colina ni un grupo de arboles muy juntos , sino un solo árbol, el famoso Samán de Guere, conocido en toda la provincia por la enorme extensión de sus ramas, que forman una copa de 576 pies de circunferencia.”[13]
[1] Aimé Jacques Alexandre Goujaud es el nombre completo del
naturalista y botánico compañero de Humboldt en sus viajes expedicionarios y
científicos; nació en Francia el 28 de
agosto de 1773, hijo de Simon-Jacques
Goujaud-Bonpland, un distinguido médico- cirujano y Marguerite-Olive de la Coste. Se le conoce por Aimé
Bonpland, un seudónimo que se convirtió en patronímico.
Desde 1817 se estableció en Argentina donde fallece en 1858 el 10 de
mayo
de 1858.
[2] Alejandro de Humboldt,
Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente, (Traducción de
Lisandro Alvarado)., Tomo III, Biblioteca Venezolana de Cultura, Caracas,
Ediciones del Ministerio de Educación, 1956, p.64
[3] Ibídem p.65
[4] Ibídem p.67
[5] Ibídem p.68
[6] Ibídem p.70
[7] Ibídem p.69
[8] Ibídem p.67
[9] Ibídem p.68
[10] Idem p.68
[11] Idem p.68
[12] Ibídem p.67
[13] Ibídem p.69
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