Vasijas Funerarias

Vasijas Funerarias
Vasijas funeraraias de los indigenas del lago de Tacarigua o Valencia

viernes, 10 de enero de 2014

EL SAMÁN DE GÜERE VISTO POR ALEJANDRO DE HUMBOLDT


Las crónicas y relatos de viajes se pueden considerar valiosas fuentes de información  y son testimonios valorables  para  la reconstrucción histórica; en ellas encontramos descripciones de aspectos relacionados con lo económico, social, político, cultural y del paisaje natural de localidades, pueblos, villas y ciudades; es pertinente dejar sentado que en cada una de esos diarios, crónicas, relatos o narraciones está implícita la subjetividad y se evidencia la escala de valores, lógicas, prejuicios,  y  saber científico o académico de quien percibe esa realidad


Las tierras del llamado “Nuevo Mundo” fueron objeto de interés para los europeos; por lo tanto recorridas  durante los siglos: XVI, XVII, XVIII y XIX por diverso viajeros, entre los que destacan: misioneros, obispos, frailes, naturistas entre otros, quienes en su gran mayoría dejaron memorias escritas con sus impresiones; en el caso de la Provincia de Venezuela destaca en importancia la visita realizada entre los años de 1799 y 1800 por los científicos Alejandro de Humboldt y Aime Bomplan, cuyas descripciones se recogen en su obra, “VIAJE A LAS REGIONES EQUINOCCIALES DEL NUEVO CONTINENTE”[1]. En el presente trabajo recontaremos el testimonio que nos dejó el Científico Alemán Alejandro de Humboldt cuando en su paso por los Valles de Aragua nos describe al maravilloso Samán de Güere.


La reseña  que nos dejó el viajero ha sido contada y  recontada  por muchos  en artículos, paginas, trabajos;  mas sin embargo,  en honor a la verdad me he sentido persuadida a presentarlas por razones muy personales, las cuales esbozaré a continuación;  en el año 1986  me correspondió junto a mi familia fijar residencia en una barriada cercana al emblemático y patrimonial Samán de Güere, por su cercanía toma ese mismo nombre “Samán de Güere”,  allí vivo aún,  en la calle que es camino recto hasta el monumento, donde ya no existe  el majestuoso árbol;  pero es presencia intangible como todo lo grandioso; el Samán de Güere es muestra de lo imperecedero, es una de esas permanencias en el  tiempo de larga duración.


Sobre este sitio  a mi saber,  era solo un monumento histórico; posteriormente en mis investigaciones de  historia colonial sobre la propiedad territorial en el Valle de Turmero, varios documentos empezaron a  dar noticias del sitio de Guere: mercedes composiciones,  inventario, deslindes, particiones, encomiendas de indios y los litigio de tierra emprendido por los indígenas contra  miembros de la aristocracia territorial, todos ellos de gran valor histórico;  pero realmente ninguno de  los encontrados explicaban o daban noticia  del milenario árbol; es la descripción del insigne viajero que nos aporta una imagen con lujos y detalles de su majestuosidad.


En la descripción que he tomado del libro “VIAJE A LAS REGIONES EQUINOCCIALES DEL NUEVO CONTINENTE”, encontramos  una narrativa donde se expresan detalles característicos de la botánica, apreciaciones con matices antropológicos y la fascinación de los visitantes frente al esplendente  monumento de la naturaleza, el Samán de Güere


Tomada del Cojo Ilustrado 1892 N°18

Al describir sus características especifica de la botánica del árbol señala: “El Samán  es una vistosa especie de mimosa, cuyos brazos tortuosos de dividen  por bifurcación” y más adelante agrega para  “…solo tiene  60 pies de alto  y 9 de diámetro; pero su verdadera belleza consiste en la forma general  de su cima. Los brazos  se despliegan como un vasto parasol y se inclinan todos  hacia el suelo  del que quedan uniformemente separados  de 12 a 15 pies. La  periferia   del ramaje o de la copa es tan regular, que trazando diferente diámetros hallé que tenía  de 192 a 186 pies. Uno de los lados del árbol estaba  por entero despojado  de sus hojas y flores. Cubren  los brazos y desgarras su corteza Tilandias, Loranetas, Pitahayas, y otras plantas parasitas”


El Samán es una planta propia de las zonas intertropicales muy común en las llanuras Venezolanas y otras regiones de Centroamérica y Sudamérica,  según lo que se desprende del relato de Humboldt, el de Guere no era un árbol común, era un árbol famoso y conocido en toda la Provincia de Venezuela y así lo testifica cuando dice  Al salir del pueblo de Turmero, a una legua de distancia, se descubre un objeto que se presenta en el horizonte como un terromontero redondeado, como un tumulus cubierto de vegetación. No es una colina ni un grupo de árboles muy juntos, sino un solo árbol, el famoso Samán de Guere, conocido en toda la provincia  por la enorme extensión  de sus ramas, que forman una copa  hemisférica de 576 pies de circunferencia.”


Podríamos inferir con el riesgo a equivocarnos, que la fama de este Samán  no se debió   solo al follaje de sus ramas,  dibujada en una narrativa breve y poética    Su follaje tenue y delicado  se destaca agradablemente sobre el azul del cielo” si no a la fervorosa devoción y admiración que se le profesaba desde tiempos ancestrales  “ Los habitantes de sus valles y sobre todo los indios , tienen veneración  por el Samán de Güere, al que parecen haber hallado los primeros conquistadores poco más o menos en el mismo estado  en que hoy lo vemos. Desde que se viene observando  atentamente no se le ha visto mudar el grosor ni de forma”


Este esplendoroso árbol debió ser una deidad, reverenciada  por los numerosos indígenas que habitaron estas tierras;  formó parte de su espiritualidad en esa intrínseca relación con la naturaleza. Asentado en el sendero para transitar los valles de Aragua y paso común y ordinario de Caracas a Valencia era un punto inevitable en el camino para viajeros y transeúntes viajantes o caminantes; Largo tiempo nos detuvimos  debajo de su bóveda vegetal. El tronco del Samán de Güere, que se encuentra sobre el camino mismo de Turmero a Mracay…”  su ubicación  lo convirtió en  escenario  propicio para el descanso,  el rito, la veneración, la reflexión  el encuentro, y  seguros estamos   también espacio para el combate y la resistencia frente a las hueste españolas cuando a mediados del siglo XVI anduvieron por estas tierras.


            Para finalizar, tres aspectos  no menos importante son referenciados por el eminente viajero sobre el  Samán de Güere: primero, la comparación que hace de este con la del Drago de Orotava (un arbolo casi milenario que Humboldt había visitado en Tenerife) “Este Samán debe ser por lo menos de la edad del Drago de la Orotava. El Aspecto de los arboles  vetustos es en cierto modo imponente y majestuoso”; segundo la reseña  de una sentencia en contra de un hacendado que había cortado  unas ramas del árbol “Supimos con satisfacción  que le actual propietario del Samán había promovido un juicio  contra un hacendado que había tenido la temeridad  de cortar una rama. La causa fue pleiteada, y el tribunal  condenó al hacendado” y tercero la existencias de otros samanes en la región “Cerca de Turmero  y de la Hacienda Cura se hallan otros Samanes con el tronco más grueso que el de Guere; pero su copa  hemisférica no tiene igual amplitud.”


 Autora: Nelly Guilarte Ugas








[1] Alejandro de Humboldt, Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente, (Traducción de Lisandro Alvarado)., Tomo III, Biblioteca Venezolana de Cultura, Caracas, Ediciones del Ministerio de Educación, 1956,
Todas la citas fueron tomadas de las páginas 69 y 70